martes, 29 de noviembre de 2011

Juan del Rosal -Derecho
8,30, mañana estación de Moncloa, silencio de mil cuerpos tele-dirigidos, con el sueño todavía comiéndoles los ojos, que caminan cansinos como acudiendo a un cónclave. Sólo los que levantan la mirada del suelo se topan con el verso de Jaime, desde su embaldosado de pared suburbana recordando otra otra vez “que la vida iba en serio, y que uno lo empieza a comprender mas tarde....”. El eco que resuena cuando se apaga la música del violinista, moreno y madrugador, activo y laborioso parado preparado, que llegó de algún lugar de la Europa del euro. Las masas de estudiantes saliendo por el tubo entre olor a croissants y fotocopias. Top, top, top....los tacones briosos escaleras arriba. Tip, tip, tip,... gotas de agua dejando sus huellas en el asfalto del bus-stop. Repartidores de diarios gratuitos con impermeables rojos entregan sus tabloides a manos extendidas que acompañan sus caras con granitos, melenas alisadas, y proyectos de barba. La boca gris de la serpiente urbana vomita de continuo su caudal de silencio y feromonas. El G, el D, el 82, ¡el U, por fín!....¡Jo, hoy también llego tarde!. Apretarse para entrar antes de que la puerta del bus nos aprisione un brazo. El vehículo que dobla el paraninfo conecta su megáfono aburrido que anuncia: “próxima parada: Juan del Rosal- Derecho”. Sólo unos pasos y accedes por detrás a la cafetería, guarida tempranera, que acoge su porción de individuos hermanados en café y despertares. Los camareros del turno de mañana ponen continuidad al mundo cambiante de nuevas promociones de aspirante a jurista, a la busca de un espacio donde desparramarse, escucharse, reírse, consolarse, enviarse guiños prometedores de roces de pasillo, prestarse apuntes sobados o robados, mostrar la última caricatura del profe de romano con la toga de Cayo, contarse que la madre quiere traerse al novio a vivir a la casa, ¡jolín que pocas ganas!, o que el primer juicio que ha visto fue en aquel que le pusieron la orden de alejamiento al padre, sí, eso, el mismo día desde el que ya no llega el presupuesto en casa para pagar los gastos. Desayuno con donuts: un euro con cincuenta. ¡Caray, que ya el periódico no viene por la crisis!. Otra vez la campana, y penal, mercantil, procesal, financiero,....y esto que no se acaba, “ oye, que sí, que cuando tu hermano compre la casa con su novia, que firmen la compra ambos, que es mejor así, que menos líos. Y allí en el gallinero, última fila, clase de hacienda pública, el profe, recorriendo escenario, representa otra vez su propio personaje de filósofo cuántico reintegrado de marte. Bancos corridos cual potros de tortura, mejor que los del cine; tapan más estos. Adentro en los cajones burruño de chuletas, bollos de chocolate, roces de manos, mensajes de papel, intenciones confusas, cafecito y muñecos de war hammer con sus ojos de acero desafiando enemigos. Oye, que Javi, que no viene, que le ha pillao la gripe, que a ver si tu le dejas los apuntes, que ya sabes que en cuarto, la gente ya se pone pesadita y no dan ná. Ni los buenos días casi. Bueno, luego voy por el reino, a ver si veo a Antoñito y a Laura, y juego una partida de antes de comer. Oye wan, tío perdona que no subí a tu cumple. Si, es que me fumé un porro y el jardín se me volvió encantado, que me quedé media hora como un buda unicejo mirando a la rubita. Si, ya, pero que,.. oye, que dice que lo deja, que su padre le pone una tienda de móviles y arreglao, que ya le salen los temas por las orejas. ¡Que perra que es mi suerte!, para una vez que ligo....Tip, Tip, Tip, el agua golpeando el vetusto edificio. Oye, que dicen que todos al salón de grados, que la 505 se ha inundado......