jueves, 17 de septiembre de 2009

ENTREVISTO EN DAKAR 2008
Impresiones tras una conversación sobre política y género, con un anciano musulman, intelectual que vive en la calles de Dakar, a las puertas del sastre Abdoulaye

Se vive como se puede, los modos más excéntricos son naturales para el que los encarna. El sistema es excluyente de una mayoría, a veces en los medios, a veces en el alma, en la imposibilidad de acomodación del espíritu disidente. Las mismas estructuras psíquicas básicas conocidas en el mundo civilizado, son chocantes cuando se vislumbran en el mundo de la frontera, el mundo de los excluídos. La envidia, los celos, el narcisismo. Resultan raros en seres “puros”, tan poco contaminados aparentemente en lo material a base de pobreza, que sin embargo existen y se atrapan de igual modo en lo espiritual: amor, ideología, religión, moral, poder, dominación….Conductores inflexibles de espíritus inmateriales, rígidos en su prescripción, torturadores del alma y el otro en el prejuicio. Posesiones inalienables del hombre que no tiene nada. Voluntad de existir en la pura expresión del ser, en la creencia, en el sentido. Valores que ocupan lugar, marcan territorios, definen y separan identidades, espacios y sujetos, en un mundo que aún se apoya escasamente sobre la mercancía para sustentar significados con los que organizar la locura y el caos. Donde renunciar a hablar es morir, es desaparecer. El cambio es sólo posible en sentido dinámico, por el empuje de vivir de generaciones enteras, a la búsqueda de una mayor oferta de posibilidades y libertad, al otro lado de Internet, de la TV, o de la patera. Al coste de la inadaptación, la exclusión, la renuncia, al coste de la identidad que nunca se puede vivir completa. Apertura y mestizaje como viaje sin retorno del alma. Futuro amante superador del límite. ¿Qué nos queda cuando aceptamos la completa idiosincrasia del otro sin reservas? ¿Qué podemos compartir que no nos niegue, que no nos envíe de nuevo a la indefinición del origen? ¿Cómo continuar siendo fiel a uno mismo y aceptar sin reservas al extraño? Qué compartir, más allá del amor por la vida, una vida elevada por encima de la supervivencia. La supervivencia engendra al grupo. El grupo ejerce su autocontrol interno, su censura, la castración de sus miembros. Pero ¿podemos ser humanos sin el grupo? Identificar la distancia media ideal. Conjugar por igual pertenencia y diferencia. Es proyecto sin fin de una vida consciente…



ENTREVSITO EN ISLA DE GOREE Mayo 2008
(jornadas de puertas abiertas)



Gorée puertas abiertas, cesión de la intimidad al viajero curioso. Exhibición de sí a la mirada del otro venido de lejos a conferir valor, valor simbólico de existencia para el mundo que cuenta. Regalo anual de este rincón del planeta a los ojos del voyeurismo civilizado, que deposita su limosna para alimentar la vida mísera y voluptuosa de la isla.

Caras de niños correteadores por las calles de guijarros, ojos que cantan: somos isla, somos pequeña, somos lejana y perdida, somos autosuficiencia en la humildad, somos modestia y sonrisa, somos inofensivos, somos corazón vencido, jirón anual del alma del artista, oferta libre, somos orgullo expuesto al sol, dignidad circulante por callejas pequeñas. Vengan viajero y turista, y déjennos su mirada. Durante un año más nos sentiremos vivos. Id y llevad las imágenes, que te dicen que otra forma es posible, otra paleta para teñir el paso por el mundo con colores mestizos. Isla de esclavos, pasado de vergüenza, dignidad en el presente del que no tiene nada, ofertando intercambio de placer por sentido. Gorée, abandonada….

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